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divendres, 19 / desembre a les 21:00
Can Jordi a Eivissa, Illes Pitiüses
Sobre el grup
Illinois Central és una banda de blues/funk que van formar l'any 2002 Nando Pemán (guitarra), Ferran Nogués (baix, veu) i Christian Roig (bateria). Aquesta formació va enregistrar el seu primer CD, "Blues On The Tracks", a Eivissa el 20 d'abril del 2002. L'enregistrament, mescla i masterització va anar a càrrec d'Albert Boekholt. La banda va tocar regularment en directe a Eivissa fins a l'estiu del 2003 i la seva darrera formació va ser Nando (guitarra), Ferran (guitarra i veu), Xavi García (baix) i David Adán (bateria).
L'any 2012 el grup va tornar a tocar en directe en format acústic (a dues guitarres), com a trio amb en Stefano Serra (bateria) o quartet amb en Xavi García (baix).
L'any 2012 el grup va tornar a tocar en directe en format acústic (a dues guitarres), com a trio amb en Stefano Serra (bateria) o quartet amb en Xavi García (baix).
Veieu també: http://culturcat-totcat.blogspot.com.es/2014/11/illinois-central-my-guitar-wants-to.html
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| Can Jordi Ctra. Sant Josep Km 7,7, 07830 Eivissa971800182 https://twitter.com/CanJordiBlues |
MINOUCHE FEVRE EXPOSICIÓ
FINS EL 7 DE GENER DEL 2015
Can Jordi Blues Station
Hace muchos años en Ibiza, mucho antes de las discotecas y chiringuitos, sólo había dos lugares donde los vecinos se reunían para conversar, compartir vivencias e impresiones: las iglesias y las botigas.
Las botigas son las tiendas ibicencas que están en la carretera, que además de alimentos y productos de primera necesidad tienen una pequeña barra de bar para apaciguar la sed y saciar el apetito de sus clientes. Antiguamente la acción de ir a hacer la compra era algo más social, dond los vecinos se reunían y comentaban cómo les estaba yendo la cosecha, cómo estaba la familia o sólo hablaban del tiempo.
Afortunadamente aún quedan por la isla algunas de estas antiguas botigas, para el recuerdo de los mayores y el disfrute de las nuevas generaciones.
Can Jordi, en el kilómetro 7,7 de la carretera de Eivissa a Sant Josep es para mí la más especial de todas ellas, por ser capaz de conservar su esencia de entonces, y porque ha ido evolucionando y creciendo con los tiempos: es tienda, bar, galería de arte y escenario de conciertos.
Su pequeña tienda no tiene desperdicio, ya que puedes encontrarte con productos básicos como pan y arroz, ricas verduras y frutas frescas de las huertas vecinas, y hasta útiles para cocinar y bombonas de butano.
También tienen embutidos de los que te dejan un sabor especial en el paladar, como el queso, la sobrasada y la butifarra ibicenca, y por supuesto la repostería típica ibicenca como el flaó, ensaimadas y orelletes.
Lo mejor de la tienda es el bar, donde tienes la posibilidad de tomarte una cerveza bien fría o un refresco con una tapita de algunos de los productos que luego vas a poder comprar. Y sentarte en el porche o en una mesita en la terraza para desconectar de un duro día de trabajo.
Y lo mejor del bar, los conciertos. Cada viernes un concierto deleita a todos los que por allí se encuentran, y cada vez son más los que tienen su cita fija allí ese día de la semana. Algo mágico tiene que no se puede explicar, pero entre todos los músicos y el público hay una sinergia única que envuelve todo, se olvidan los problemas, salen las sonrisas y todo el mundo se pone a bailar, sin importar nada más.
Can Jordi Blues Station es el sobrenombre que se ha ganado en los últimos años, de los más de setenta que lleva abierto y por algo será, no tiene nada de especial pero a la vez lo tiene todo. Le auguro y deseo muchos años más de éxitos, y nos veremos los viernes por allí, para ver con qué nos sorprenderá el grupo invitado, y con cuántos amigos nos encontraremos.